23 de febrero de 2009

Me persigue mi risa

Dicen algunas personas que mi risa les molesta ¡soy una escandalosa!. En FP tuve un muy buen profesor que se llamaba Elías Vallina; él me regañaba constantemente. Yo iba por el pasillo del cole, y si yo me reía y él estaba dando clase, ¡bronca!. Y seguro que tenía razón, o por lo menos parte de razón. Ahora le podría decir que era una terapia.

También tuve un compañero de trabajo que ya se ha jubilado, hombre pausado y tranquilo, al que parece ser mi risa le ponía los pelos de punta. Se me oía en todo el edificio y creo que eso no ha cambiado mucho (lo de que se me oiga en todo el edificio).

Supongo que eso de que la risa incrementa la creatividad y la imaginación, que actúa como un masaje, que relaja, debe ser para mí pero no para los que me escuchan.

De todas formas una puntualización: hace relativamente poco tiempo pensaba que no volvería a reír igual, pero gracias a Dios cada vez son más los días en que me persigue mi risaLo siento por los que me escuchan, o no.

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